miércoles, 15 de marzo de 2017

Me sentí espiada

Este incidente ocurre cuando yo tengo 16 años. Es un día en el que tengo la casa libre, así que reúno a un par de amigos y amigas para pasar la tarde y beber algo antes de salir de fiesta.

Mientras estamos en la sala pasando el rato, se nos ocurre utilizar la plataforma Twitcam para divertirnos un rato y, a la vez, amenizar la tarde de los demás. Esta web sirve para hacer vídeos en directo mientras que diversas personas (las que tú quieras), te ven. En nuestro caso publicamos el link en nuestros perfiles de Twitter, pero al no tener demasiados seguidores, sólo tenemos 4 viewers visionándonos. Queríamos que personas cercanas nos viesen, comentasen y compartiésemos ese rato con ellos/as.

Una media hora después los viewers comienzan a aumentar de forma muy rápida: en menos de cinco minutos nos encontramos con 258 viewers. No sabemos ni por qué se debe ni quién nos está viendo. Comenzamos a recibir comentarios un tanto subidos de tono que, teniendo en cuenta que somos menores de edad, queda muy fuera de lugar.

Al poco rato, uno/a de los/as conectados/as a nuestro directo, nos comenta que alguien ha publicado el link de nuestro vídeo en forocoches. En un abrir y cerrar de ojos tenemos a cientos de personas desconocidas visualizándonos.

El incidente me hizo darme cuenta de con qué facilidad desconocidos/as pueden acceder a tu información y vigilarte. 



Vida online y offline




Tres situaciones en las que me siento online Espiada y expuesta.

  • Redes sociales: A lo largo del día consulto mis redes sociales (twitter, facebook, whatsapp, etc.) ya sea por notificaciones que me llegan o para informarme del mundo exterior (leer noticias, opiniones, etc.).
  • Utilización del ordenador: El portátil es algo que cargo conmigo todas las mañanas. El coger apuntes se me hace más fácil e, incluso, en muchas clases es necesario para avanzar  en nuestros trabajos o investigaciones.
  • Lugares públicos: Las cámaras se están haciendo cada vez más habituales y en la misma entrada de nuestra facultad encontramos dos. No somos consciente de la vigilancia externa que tenemos por las calles y aunque a veces resulta ser de gran ayuda, tiene su parte negativa.

Tres situaciones en las que me siento offline Libre e independiente.

  • Leer o escuchar música: En ciertos momentos de la semana que me siento sobrecargada por la marcha de mi vida, bajo las persianas, enciendo un par de velas y pongo en marcha algo de música relajante mientras leo. Esto hace que me sienta relajada y fuera del ritmo con el que se mueve nuestra sociedad.
  • Con amigos/as: El quedar con amigos/as es una situación en la que los móviles o los distintos dispositivos quedan, la mayoría del rato, al margen. Mantener una conversación amena intercambiando puntos de vista o simplemente desahogándonos de problemas que podamos tener, me hace sentirme liberada y a la vez, mucho más conectada que cuando uso los aparatos electrónicos.
  •         Estudiar: Esta es la única de las situaciones offline en las que necesito aislarme de todo y de todos/as. Apago todos los gadgets que tenga a mano (móvil, tablet, etc.) e intento que haya un silencio absoluto. 

martes, 7 de marzo de 2017

¿Vigilada?


Con este post doy comienzo en mi blog al nuevo tema que trataremos. En el nuevo taller presentaremos a través de varias dinámicas el mundo tecnológico en el que vivimos. Trataremos de hacer pensar a los lectores y las lectoras de nuestros blogs sobre lo que supone la masificación de la tecnología y cómo de vigilados y vigiladas estamos actualmente.

                La primera actividad que hemos realizado ha sido la siguiente: elección de cinco fotografías que representan momentos en los que nos sentimos vigilados/as. Yo la he modificado un tanto y he querido exponer no cinco fotografías similares como la de los radares y las cámaras callejeras, sino cuatro diferentes situaciones de mi vida cotidiana en la que estoy siendo espiada. Claramente, existen más de las que he nombrado en mi cartografía, pero he querido dar prioridad a ellas pues son con las que me siento más expuesta.

                Es difícil ordenarlas cronológicamente como se nos ha pedido ya que las cuatro situaciones son constantes. Al fin y al cabo con esto me doy cuenta de lo enganchada que estoy a vivir en nuestro hormiguero y no salirme de él.


Para ver la cartografía con más detalle... ¡CLICK!