viernes, 4 de noviembre de 2016

Televisión, familia e imitación

             Entre los textos que se nos han dado para analizar esta primera clase con vista al trabajo modular han sido cuatro. En nuestro grupo, Flor de Primavera, hemos dividido el trabajo para hacerlo más ameno y en esta repartición yo he sido la encargada de analizar el texto de "Televisión, familia e imitación" del profesor y escritor Joan Ferresí iPrats.

Ferresí se adentra en un tema de gran polémica como es el de las nuevas tecnologías y detalla cómo esto está afectando, positiva o negativamente, a las nuevas generaciones. Su texto se divide en dos subtemas (lo que pasa dentro de la pantalla y lo que pasa fuera) siempre teniendo como referencia la imitación que ejercen los telespectadores una vez que se ha interiorizado lo que la tv nos ofrece. La televisión tiene muchísima influencia socializadora y moldeadora en las conciencias y, por desgracia, los niños son los más influenciables en este aspecto y ello conlleva a que esta imitación se dé de una forma más brusca y rápida.

            Fijándonos en la pantalla, vemos diferentes procesos que sufre un telespectador. El primer paso es cuando la persona se siente atraído por cierto personaje que aparece en su serie o película favorita y la contamina con una carga positiva (aceptar) o negativa (rechazar); después, consciente o inconsciente, comienza a imitarlo habiendo sido contaminado este ideológica y éticamente. Cuanto mayor sea la atracción, mayor será la capacidad de penetración y, por consiguiente, si la imitación está en la base de la socialización, la seducción está en la base de la imitación. 

En un pequeño paréntesis Ferresí comenta como la violencia es algo que interiorizamos desde edades tempranas y que a veces lo hacemos de una forma positiva; es decir, no vemos la violencia de la misma forma cuando Caperucita está sufriendo por el lobo o cuando Rambo pega a sus adversarios. El espectador disfruta de la violencia y la guarda dentro desde su punto de vista ético.

Fuera de la pantalla el autor nos explica como los propios padres eran y son el modelo a seguir de los jóvenes, pero el problema llega cuando ellos no seducen suficiente a los pequeños y la atracción se pierde. Ferresí aconseja a los padres que compaginen el placer del televisor con otros placeres (leer, cine, etc.) así crear una balanza. También,  recalca como para que una sociedad  llegue a ser consciente, reflexiva y crítica, la escuela y la familia deben actuar conjuntamente. A fin de cuentas, la televisión impone actualmente los principales modelos de comportamiento y debemos aprender a analizarla.


P.D: Clicando el título podréis visualizar el resumen hecho en Visme sobre el tema.

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